Disponemos de un mazo francés (con comodines) que entregamos a un espectador para que lo revise.
Comprobamos que efectivamente tenemos 52 naipes, aunque en realidad pretendemos memorizar el naipe 1º, clave para el desarrollo del truco; el naipe que una vez volteado el mazo esté en contacto con la mesa, y descartamos los comidines (guardándolos en la caja de naipes para que no interfieran en el juego).
Es el momento de anunciar el naipe personal del espectador y que vamos a sacarlo del mazo.
Con el mazo boca abajo, cogemos la mitad superior para simplificar la elección y pedimos al espectador que saque cuatro naipes y los deposite boca arriba sobre la mesa.
Ahora, sobre cada naipe debe depositar tantos otros boca abajo como resten de 12 según el valor del naipe (las figuras valen 10), a la vez que vamos contando.
Por ejemplo, si el naipe es un 7, a la vez que sacamos cartas de la parte superior del mazo y las vamos depositando sobre el naipe en cuestión, contamos "8, 9, 10, 11 y 12".
Volteamos el mazo y pedimos que retire de la parte superior (ahora con los naipes ocultos) otros naipes (en ambos casos unos pocos: 5, 6 o 7 por ejemplo).
Repetimos esto con los otros tres naipes descubiertos.
Acabado este proceso, nos aseguramos que los cuatro montones están bien construidos, recogemos todos los naipes ocultos que hemos depositado y los ponemos debajo del mazo principal.
Ahora sumamos los valores de los cuatro naipes y pedimos al espectador que descarte del mazo principal tantos naipes como valor de la suma menos uno, a la vez que los vamos pasando debajo del mazo.
El naipe que ocupe la primera posición del mazo es la carta anunciada.
Es conveniente hacer uso de todas nuestras dotes dialécticas y oratorias para introducir el truco.