Ahora, basta con ir depositando sobre la mesa carta a carta a la vez que contamos. Cuando alcancemos el 11, descubrimos la carta y ¡esa es la elegida!
Otra variante, mucho más vistosa, consiste en juntar y cuadrar uno de los otros dos montones; sobre éste, ponemos alternativamente arriba y abajo, una carta del montón "esencial" hasta acabarlo, procurando que queden montadas unas sobre otras; y luego, situamos encima el último montón también cuadrado.
Sujetando firmemente (pero sin apretar) todo el mazo con los dedos pulgar e índice, vamos dando pequeños golpecitos sobre la mesa procurando introducir suavemente en el mazo las cartas que sobresalen por uno de sus lados. Introducidas éstas, damos la vuelta al mazo y proseguimos del mismo modo. Deberemos continuar así hasta que del mazo sobresalga una única carta ¡esa es!